Según estimaciones de la OMS, la contaminación atmosférica —tanto en ciudades como en zonas rurales— causa 4,2 millones de muertes prematuras en todo el mundo por año. Un plan piloto en tres comunas de la Región Metropolitana, elaborado por SERPRAM-SUEZ Chile, permite conocer la calidad del aire con un alto nivel de detalle. Algo de suma relevancia si se considera que, de una calle a la siguiente, la diferencia en cuanto a material particulado puede ser de hasta ocho veces.
Que las ciudades y comunidades satisfagan sus necesidades sin comprometer a las futuras generaciones es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que los Estados Miembros de las Naciones Unidas firmaron en 2015. Líderes de todo el mundo se comprometieron a trabajar en una agenda que contempla 17 categorías; una de ellas, las urbes y cómo reducir el impacto ambiental negativo per cápita.
Y es que, el crecimiento de las ciudades se ha disparado —se espera que para 2030 cerca de 5 mil millones de personas vivan en grandes urbanizaciones— y, con ello, la emisión de gases de efecto invernadero.
Según la OMS, uno de cada 10 habitantes del mundo respira aire que no cumple con los estándares mínimos, razón por la cual cada año mueren 4,2 millones de personas.
Así las cosas, la necesidad de tomar medidas para mitigar el impacto de la contaminación atmosférica es urgente.
En este proceso, una adecuada medición de la calidad del aire y monitoreo de las emisiones se vuelve fundamental, ya que la información obtenida es la base para tomar acciones preventivas y correctivas de manera efectiva. “Lo que no se mide, no se mejora”, dice Sebastián Febres, CEO de SERPRAM, una empresa de SUEZ Chile que se especializa en el monitoreo de la calidad del aire y en la medición de emisiones atmosféricas proveniente de fuentes fijas.
Un avance en esta materia es la puesta en marcha de tres proyectos piloto con una moderna tecnología integrada en tres comunas de la Región Metropolitana, gracias al trabajo conjunto de cada municipalidad con SERPRAM.
“Esta tecnología es única en el país, no conocemos experiencias similares en escala o que se estén desarrollando en otros lugares. Sí hay importantes proyectos en Estados Unidos, España, Francia y Taiwán”, precisa Febres.
El plan consiste en el despliegue de una red de microsensores que van recogiendo, minuto a minuto, datos sobre la composición del aire. Estos dispositivos están integrados en una plataforma especializada, que permite gestionar de forma inteligente y amigable toda la información (ver recuadro).
La exministra de Transportes y Telecomunicaciones y actual directora de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, Paola Tapia, cree que es clave la inversión, tanto regional como nacional, en sistemas para medir el material particulado. “De esa forma se desarrollarán las ciudades inteligentes, y para eso se requiere de tecnologías”, afirma.
Tapia espera que innovaciones como la que está implementando SERPRAM se extiendan al resto de las comunas y “se utilicen por los organismos nacionales para la generación de políticas públicas y la toma de decisiones en el corto y mediano plazo”.
Actualmente, en Chile la calidad del aire se mide con estaciones de referencia. En la Región Metropolitana existen 11 de ellas para una superficie de 15.500 km2. Esto es el equivalente a un punto de medición por cada medio millón de habitantes, por lo que solo se conoce la realidad de manera muy general.
El valor principal de este sistema integrado radica en que permite conocer la calidad de aire con un alto nivel de detalle, lo que se traduce en una lectura más precisa de la realidad de cada sector. Esto cobra especial importancia si se considera que la calidad de aire puede variar significativamente entre una calle y otra, tal como lo ha comprobado SERPRAM en sus experiencias piloto.
“Estamos convencidos de que a la población le gustaría conocer la calidad del aire que respira en las inmediaciones de su domicilio. Sin embargo, aumentar la densidad de medición con estaciones de referencia es inviable por sus tamaños y por la inversión que suponen. La tecnología integrada que estamos utilizando en estos pilotos resuelve ambos problemas”, afirma el CEO de SERPRAM.
Kay Bergamini, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC, agrega que este tipo de iniciativas no solo ayuda a obtener datos más precisos sobre la realidad y la distribución de la contaminación atmosférica, sino que también puede mejorar los modelos predictivos de calidad del aire.
“Nos permite hacer una mejor gestión de las acciones que se pueden implementar en un plan de descontaminación en la ciudad como la restricción vehicular, la prohibición de quemas y uso de chimeneas, por ejemplo”, dice.
Saber la hora y la ruta que presenta menos contaminación para hacer deportes al aire libre. Decidir dónde construir un hospital o un jardín infantil de acuerdo con la cantidad promedio de material particulado u otros gases contaminantes (NO2, ozono, CO, CO2, etc) presentes en el sector. O, a nivel más avanzado, mover el tráfico en función de la calidad del aire. Estas son algunas de las posibilidades que ofrecen sistemas integrados como el que opera actualmente SERPRAM. “Las aplicaciones son múltiples; tenemos mucho que explorar aún”, asegura Sebastián Febres, CEO de la empresa.
¿Cómo funciona el sistema integrado de medición?
Este sistema único a nivel nacional se divide en dos componentes principales: el sensor y la plataforma. El sensor, que destaca por su precisión y confiabilidad, se alimenta a través de un panel solar y tiene “la capacidad de medir material particulado 2.5 y 10 junto con diferentes gases, como CO2, CO, NOx, O3, entre otros. Asimismo, tenemos dispositivos que miden ruido ambiental. Las correlaciones de estos dispositivos con las estaciones oficiales son altas”, señala Sebastián Febres.
La plataforma AirAdvanced®, por su parte, fue desarrollada por SUEZ y además de permitir la visualización en tiempo real de la información recolectada en los puntos de medición, puede generar modelos de dispersión de contaminantes, que ayuden a la toma decisiones para minimizar los posibles impactos en las comunidades o sectores aledaños. Lo anterior se puede hacer de forma preventiva o bien cuando se detecten condiciones ambientales que requieran de una rápida acción sobre actividades industriales o la aplicación de medidas, como restricciones en el uso de leña, circulación de vehículos, detención de procesos productivos, etc.
contacto.serpram.chile@suez.com
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